
Ermita de San Marcos en Tiscamanita

Fue a fines del siglo XVII cuando se construyó por los vecinos del lugar, la ermita de San Marcos Evangelista en Tiscamanita, entre ellos Luis Herrera, legando 200 reales para tal fin.
Su fachada principal recuerda con inscripción sobre cantería que fue construida por Pablo Sánchez de Carmona en 1699, mismos apellidos de los maestros de la Villa de Betancuria.
La ermita perteneció desde 1792 a la Parroquia de Tuineje, año en que el Obispo Antonio Tavira Almazán hizo la división parroquial de la isla.
A principios de siglo XX, con el surgimiento de una minoría burguesa y el consiguiente impulso social y económico que significó para Tiscamanita, aparece un nuevo arreglo parroquial de la Diócesis que da como resultado el nombramiento de la Parroquia de San Marcos Evangelista, el cual funcionó desde 1915 hasta 1985, fecha en la que es de nuevo absorbida por la Parroquia de Tuineje.
En ese período de tiempo la ermita de San Marcos Evangelista no varió su fisonomía, manteniendo las mismas modestas dimensiones y sencillez que la había caracterizado desde su construcción por los vecinos del lugar a fines del siglo XVII.
La actual ermita de San Marcos Evangelista es de nave única cubierta a tres aguas y tejas. Todo el edificio se encuentra rodeado de un muro almenado o barbacana con dos vanos orientados igualmente que las puertas de la ermita.
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