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Dragos en Fuerteventura

Dragos en Fuerteventura

El drago común de la Macaronesia Dracaena drago [dragón dragón], en el Océano Atlántico (Azores, Madeira, Salvajes, Canarias, Cabo Verde), guarda relación con el drago de la Isla Socotora Dracaena cinnabari [dragón bermellón], en el Océano Índico, a la entrada del Golfo de Adén, prueba las interconexiones habidas por su dispersión a larga distancia.

Desde tiempos remotos, posiblemente desde el Mioceno (5 millones de años), el drago logró alcanzar Canarias, estableciéndose desde el continente próximo, con anterioridad a la desertificación del Sahara, relativamente reciente, acentuada desde el Holoceno en los últimos 10-20 mil años.

Drago

                Drago

De hecho, los Archipiélagos Macaronesios han terminado convirtiéndose en área de refugio para especies de dragos, actualmente extintos, del continente africano, siendo endémicos los de las islas de Gran Canaria, Tenerife y La Palma, e importados, desde estas islas a las de Lanzarote, Fuerteventura, La Gomera y El Hierro.
Los lapsos de tiempo nos pueden parecer exagerados para la vida vegetal, pero no son desmesurados comparándolos geológicamente. La determinación de la edad del drago, puesto que se trata de una planta de madera esponjosa y fibrosa no forma anillos anuales, teniendo para ello su referente en el número de piezas (ramas) que componen la estructura del árbol incluido el tronco (fotografía núm. 1). Habida cuenta su floración , pues cuando el drago florece, ramea, hecho que se produce cada quince años, no anualmente con al paso de las estaciones. Hoy se sabe que el drago de Icod, aunque se le denomina milenario, apenas rebasa los 500 años y que en tiempos de la Conquista, o no existía o sería un ejemplar pequeño entre cientos, donde en una isla como Tenerife, serían frecuentes grandiosos dragos; a esta conclusión han llegado científicos en la Universidad de La Laguna.
La floración, siendo a partir del mes de Junio, necesita de unos tres meses para fructificar, se produce de manera indiscriminada, tanto sobre el tronco cuando es la primera vez, como en algunas ramas, no en todas a la vez, siendo así en años sucesivos. El desarrollo de este árbol es lento.
La dispersión de las semillas de los dragos silvestres, los que se crían sin la intervención del Hombre fue debida a los pájaros, en especial los transatlánticos: palomas y mirlos al picotear los frutos del drago; ellos, al carecer de dientes, no pueden molturar los huesos, tragándoselos enteros, realizando su transporte en el estómago, siendo al defecar cuando expulsan los huesos que han tragado; estos huesos, semillas en realidad, al caer en cualquier sitio si encuentran el lugar adecuado pueden germinar. Por este medio cruzan los dragos el océano; al llegar a las islas con mayores cotas de altura y en zonas de umbría, es donde se asientan  germinando.
Geográfica e Históricamente,
Introducción.
Fuentes: Internet.
Entrevistas personales.
Texto y Fotografías: El Autor.
Puerto del Rosario, Mayo 2009
Julio Cardena Lloréns

Sobre el autor

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