
EL camello en Canarias

La historia del camello en Canarias se remonta a las fechas de la colonización europea de las Islas, sin que se tenga ninguna constancia prehispánica de la existencia de esta especie. El camello (Camelus dromedarius) llegó al Archipiélago en 1405 procedente del continente africano. La buena adaptación de los camellos a las Islas dio lugar a una expansión por todo el Archipiélago, aunque su presencia fue mayor en las zonas sur de Gran canaria y Tenerife, así como en todo el territorio insular de Fuerteventura y Lanzarote.
Aparte de para el transporte de personas y mercancías, ha sido utilizado para multitud de labores agrícolas y ha contribuido a modelar un singular paisaje agrario que en la actualidad es mundialmente conocido. Hoy en día genera importantes beneficios por su uso en el sector turístico.
En comparación con otras razas y líneas de dromedario, el Camello Canario es de constitución relativamente fuerte y de tamaño medio, ya que hay razas de mucha más alzada y otras con la misma estatura, pero con menos peso corporal. Su morfología es bastante homogénea, armoniosa y bien proporcionada y posee un pecho bien desarrollado, caja torácica ancha, la cruz alta y el tronco profundo. Los aplomos son fuertes, bien formados y muy musculados, condición indispensable para el desarrollo de la actividad a la que se destina.
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