
Casa de los Rugama en Casillas del Ángel

El Hotel Rural Casa de los Rugama cuenta además con una zona destinada a restaurante, con piscina, sauna, huertos, etc. “Ha sido un trabajo de restauración patrimonial muy minucioso, en el que los técnicos se han implicado profundamente. El Cabildo de Fuerteventura vienen trabajando en esta línea de restauraciones de patrimonio, con actuaciones como la del Eco-museo de La Alcogida, ejemplo de arquitectura rural tradicional.
También con la restauración de la Casa de los Alfaro, en Ampuyenta, como ejemplo de casona señorial. Y en este caso estamos hablando de una casona representativa de la burguesía cerealísta majorera”, explicó Mario Cabrera.
Desde el siglo XVII hasta la actualidad la casa pasó por diversos usos, pero ya en la segunda mitad del siglo XX estaba prácticamente abandonada. Cuando el Cabildo de Fuerteventura la adquiere estaba sirviendo de corral de cabras, las techumbres estaban prácticamente derruidas, las paredes con algunas zonas en muy mal estado, etc. Aunque el estudio técnico elaborado entonces apuntó las buenas posibilidades que tenía de recuperación.

La estructura de la casona central está desarrollada a lo largo de un patio cerrado por el Sur. Las alas más nobles del edificio (N y E) constan de dos plantas acabadas en cubiertas de teja a dos y cuatro aguas y comunicadas por un corredor cubierto. Además, cuenta con dos antiguos pajeros situados muy próximos y que han sido habilitados como viviendas, mientras que otra construcción próxima acoge la cocina y el restaurante.
Diciembre de 1998 se redactó un proyecto de rehabilitación para su empleo como Hotel Rural y de esta forma poder asegurar la conservación de este elemento del patrimonio arquitectónico de la Isla. Desde entonces, y gracias a las aportaciones del programa europeo REGIS, del Plan de Infraestructuras Turísticas y del propio Cabildo, se han invertido un total de 1’1 millones de euros. Esto ha permitido no sólo su recuperación íntegra, sino acondicionarlo y equiparlo como pequeño Hotel Rural con 13 habitaciones, siete en la casa central y seis en las dos viviendas aisladas. La instalación cuenta además con todo el mobiliario necesario para su explotación, aunque actualmente permanece depositado en un almacén hasta que se formalice su adjudicación.
El edificio central es muy importante, pero casi tanto lo es todo el espacio que lo rodea: es la estructura característica de una hacienda rural del siglo XVIII en Fuerteventura: pajeros, eras, gavias, aljibe. Reflejo de una sociedad agraria eminentemente cerealista muy dependiente del clima, de ahí toda la estructura destinada al aprovechamiento máximo del agua de lluvia: coladeras, aljibes, gavias , nateros.



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